Los senadores argentinos nuevamente volverán a recibir un aumento en sus dietas a partir de noviembre y pasarán a cobrar más de 10,2 millones de pesos brutos por mes.
El incremento se da de manera automática debido a que sus haberes están atados a la paritaria con los empleados del Congreso, mediante un sistema de módulos que fue aprobado en 2024. Cada legislador percibe 4.000 módulos, cuyo valor se actualiza con cada negociación salarial, y con la última actualización el valor de cada módulo alcanzará los 2.554,84 pesos. Esto hace que el sueldo bruto mensual de cada senador le cueste a los argentinos $10.216.000.
El aumento responde a un acuerdo paritario que fijó una suba del 7,52% acumulado, con bonos y retroactivos incluidos. No todos los senadores cobrarán este incremento: algunos, sobre todo del bloque oficialista, habían renunciado a las subas anteriores mediante una notificación a la vicepresidenta de la Cámara, Victoria Villarruel. Sin embargo, al menos la mitad de los legisladores, en su mayoría de Unión por la Patria, sí lo percibirán. Solo un par de senadores kirchneristas, como Alicia Kirchner y Fernando Rejal, no lo recibirán por haber presentado su renuncia a los aumentos.
La decisión generó fuertes críticas del presidente Javier Milei, quien calificó el aumento como una falta de respeto hacia la sociedad y acusó a los legisladores de “escupirle en la cara a los argentinos”. Desde el kirchnerismo respondieron con dureza: José Mayans, jefe de bloque, defendió el sistema de actualización y acusó al Presidente de mentir al afirmar que los senadores ya cobraban diez millones. El cruce político se da en un contexto de tensiones por las leyes impulsadas por el Ejecutivo y expone nuevamente la polémica en torno a los altos ingresos de la dirigencia política frente a la situación económica del país.